…»en tu homenaje oí algo que te habría divertido:
Querría poder rezar.
¿Qué te lo impide?
Él.
Te habría, te habría
. Los muertos viven en el condicional, el tiempo de lo irreal, pero también está la extraordinaria sensación de que te has vuelto omnisciente, de que nada de lo que hagamos, pensemos o sintamos se te puede ocultar. La sensación extraordinaria de que estás leyendo estas palabras, de que sabes lo que dirán incluso antes de que las escriba.
El suicidio de su amigo y mentor sume a la narradora en la melancolía. La tristeza envuelve todo, pero, a pesar del tono reflexivo, la redacción de El amigo es ligera y se compone de flashes de recuerdos, asociaciones de ideas, pensamientos y sobre todo de literatura.
A la manera de una larga conversación imaginaria con el amigo que ya no está, y a mitad camino entre el diario, la novela y el ensayo, El amigo es un libro que no se ata a convenciones, un libro en el que hay lugar para todo, y gira más en torno a reflexiones e intereses que en torno a un argumento. La meditación sobre el duelo recorre la obra de infinidad de escritores que desfilan por las páginas con sus libros y sus citas.
Una amistad entre escritores construida en base a una pasión en común, a treinta años de charlas, y una sola noche de amor, hace muchísimos años. Entretanto, para él, pasaron tres esposas, infinidad de amantes y quizás, también, demasiada soledad. ¿Había estado enamorada?
¿Con quién debatir ahora los argumentos y las ideas de los libros, la función del profesor, el contenido de las clases, las reacciones de los alumnos? ¿Quién le daría ahora los consejos que necesitaba? ¿Qué habría dicho él de esto o aquello? Por el momento, solo tiene una página en blanco.
Esposa Tres, como la llama nuestra narradora, la cita en un café. No puede hacerse cargo del perro. Va a regalarlo. Cuidar del gran danés, ahora huérfano, en un departamento minúsculo de Nueva York puede ser un problema —no se permiten perros en el edificio—, pero aún así no puede fallarle. La tristeza es más evidente en este perro viejo y enfermo que se niega a comer, a levantarse, pero todo eso que no puede expresarse en palabras es lo que la une a él con más fuerza y la dedicación absoluta al animal sufriente, de alguna manera la va sanando.
Sigrid Nunez nació en Nueva York en 1951. Con El amigo ganó el National Book Award de 2018. Sus padres eran inmigrantes, su madre alemana y su padre chino-panameño. Tiene ocho novelas publicadas y escribió artículos para todas las revistas literarias estadounidenses más importantes: The New Yorker, Harper’s, The New York review of books,The New York Times Book Review, The Tin House, McSweeney’s, etc. En español, por ahora, podemos leer El amigo y Siempre Susan: recuerdos sobre Susan Sontag.
Hola. Muy linda reseña. Lo leí en principio de casualidad, aunque yo creo que los libros me llaman desde la mesa de la librería. El título, el comentario de la contratapa, mí intuición y listo. Entrañable la historia. Para releerlo. Y muy buenos aportes sobre la enseñanza, el acto de escribir. Partículas de un ensayo se filtran. Y el perro con ella. Muy original relato. Ese riesgo que conlleva el amor, aunque tenga final , valió la dicha (además de la pena) correrlo.
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