Después del desarme

En inglés, el título de este libro autobiográfico es «Aftermath», una palabra que suele designar lo que sigue después de un desastre: un desastre natural, una guerra. Una palabra que incluye en sí misma una crisis, una sacudida tal que nos deja tambaleando. La palabra «Despojos» como traducción me resulta tan insuficiente… pero este libro lleva, además, el subtítulo de: «Sobre el matrimonio y la separación», porque es, en partes iguales, ensayo y novela. Rachel Cusk cuenta el desarme de su matrimonio, se pregunta cómo sigue la vida después del desarme, y ve cómo las ideas y los conceptos previos se desploman en un instante cuando aparece «la nueva realidad».

Rachel nunca había querido depender de un hombre para vivir. Para ella su madre había sido el anti-modelo. Odiaba su trabajo no remunerado, su servidumbre, y cuando Rachel tuvo a sus dos hijas y le empezó a ir bien como escritora, su marido, abogado, dejó su trabajo para ocuparse de ellas. Como el soldado que va a la guerra por primera vez, y no sabe cómo va a responder, porque no conoce esa parte de sí mismo, así, dice Rachel, con el divorcio de pronto ella misma se rebeló contra sus propias ideas. Su marido dijo que quería la mitad de todo, incluidas las niñas. No, dijo Rachel, mis hijas son mías.

Y tú te llamas feminista, me decía mi marido con rabia en las semanas de amargura brutal que siguieron a nuestra separación. Creía que era él quién había desempeñado el papel de la mujer en nuestro matrimonio, y al parecer esperaba que yo lo defendiera de mí misma, del macho opresor.»

Juntos habían creado una familia diferente, pero ahora el esquema tradicional se imponía en su cabeza. Contra toda racionalidad. De una forma inesperada.

… bajo la superficie transformada de las cosas, detecté la tensión de las viejas ortodoxias. Éramos un hombre y una mujer que, en nuestra lucha por la igualdad, simplemente habían cambiado de ropa. Éramos dos travestis, una pareja travestida […] Una vez una amiga me confesó que admiraba nuestra vida aunque ella no podría vivir así. Reconoció la razón: que no podría seguir respetando a su marido si se convertía en mujer. El aspecto de la admiración me picó la curiosidad. ¿Qué era concretamente lo que se admiraba? Y ¿cómo lo que se admiraba podía entrañar la pérdida de respeto?

Despojos es una reflexión sobre los roles que cumplimos, sobre el matrimonio y los hijos. Una búsqueda, un intento de conciliar las ideas y los sentimientos; de recuperar el «yo» completo, en oposición a las dos mitades que tradicionalmente conforman el matrimonio. Esas mitades que se complementan. Pero ¿qué es media persona?, se pregunta Rachel. ¿O el problema radica en la diferencia que hay entre esas dos mitades? Rachel analiza de una manera honesta y cerebral los ejemplos de matrimonios en su familia, al no encontrar la solución en el propio. El matrimonio de su madre, de su abuela, de su tía. «Es curioso lo que la gente puede llegar a perdonar, lo que puede llegar a tolerar si tiene una creencia. Cuando duda, la gente no tolera nada»…

Las parejas en la calle, las de los amigos, incluso la tragedia de Clitemnestra le sirve a Rachel, en un capítulo extraño pero excelente, para develar la intimidad del matrimonio, el papel de los hijos, las fuerzas en movimiento que actúan subrepticia y misteriosamente. Las heridas ineludibles, los tironeos.

Y entretanto, después de muchas horas de sueño, de letargo, entre las paredes del hogar que cobijan, la vida sigue y se reacomoda, a medida que aparecen las nuevas rutinas, a medida que se repiten y se acumulan las escenas de la nueva realidad y las ideas van decantando.

Despojos fue muy criticada cuando se publicó en el 2012 en inglés. Quizás sea una reflexión demasiado sincera, que va más allá de lo tolerable para algunos. Porque no hay que dudar de las creencias. Es demasiado peligroso.


Rachel Cusk nació en Canadá, en 1967. Vivió parte de su infancia en Los Ángeles, hasta que su familia se mudó al Reino Unido. Estudió Filología Inglesa y publicó su primera novela La salvación de Agnes en 1993. Se hizo conocida con sus primeras novelas que tenían a la mujer como protagonista y en una segunda etapa empezó a escribir libros autobiográficos: A life’s work (sin traducir) y Despojos. Las críticas que recibió por estos libros la sumieron en el silencio durante un período de tiempo, hasta que logró virar y escribió una trilogía muy original —A contraluz, Tránsito y Prestigio—, en la que dejó hablar a otros a través suyo. Su última novela, Second place, acaba de publicarse en marzo, en inglés. Habrá que esperar.

2 comentarios

  1. Marilu Ciapponi

    Me llamó la atención ese rojo con el título, como un bloque, como sangre salpicada y quieta después de algo cruento. Excelente palabra para que vaya sola, en el título. Representa, simboliza. Yo digo «esquirlas», las esquirlas de la explosión, cuando pienso en mi pasado. Gracias por tu reseña. Otra coincidencia literaria.

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  2. Qué interesante! Lo voy a leer. Gracias, Magda! Muy feliz de tener tu guía para leer y descubrir autores que no conozco.

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